Historias de Bardos Ebrios II

...Todo volvió a la normalidad un fuerte golpe quebró la ilusión  fue el bardo que en su ebriedad cayó de la silla al suelo. Acá no queda nada mas que buscar, tomé mis cosas y salí de allí.

Mis viajes me llevaron a la ciudad de Azulith, un majestuoso muelle construido en los altos arrecifes, un mármol blanco resaltado por vetas plateadas que se ven a varias leguas de distancia , una gran torre plateada yace en la mitad de la ciudad. Los barcos mercantes de muelles lejanos se notan solo por su apariencia. El tabernero del anterior paraje me dijo que viniera acá y buscara a Javis un bardo artesano del lugar el podría darme mas información. 
Caminé por la ciudad hasta la plaza, su majestosa arquitectura humana algo que alegra el fondo de mi corazón, una marca que dejaremos en este mundo lleno de criaturas tan magnificas, con grandes jardines combinados con las columnas que sostienen estatuas a nuestros héroes. Una multitud rodea a varias personas. Me acerque a mirar eran tres humanos puliendo trozos de madera y haciendo magnificas creaciones, a medida que cada uno terminaba una el publico aplaudía  Todos entraron en silencio cuando el mas joven de ellos tomo un trozo de madera... lo observó, lo limpió un poco y en ese momento me miro fijamente. 
- ¿ Eres quien busca a la mujer del nombre prohibido verdad? lo tienes escrito en la frente... Con eso dicho toda la gente me miró, algunos se alejaron otros murmullaron entre si. 
- No hay muchas cosas que pueda decir de ella tan solo que se parece a ti... tienen la misma mirada ...- con eso callo y comenzó a tallar... Cada una de las virutas y pedazos que caían tomaban vida, se movían y formaban escenas animadas. Me deje llevar por el sonido de sus herramientas, por los trozos que caían y la figura que empezaba a formarse del trozo de madera: Un barco en alta mar siendo dirigido por un hombre muy anciano cubierto en joyas, bisutería  finos linos y paños, un gran sombrero y una pluma roja, un cubre polvo bordado en finos hilos de oro y plata; a su lado una niña que apenas podía pararse. 
Viajaron por todo el mundo , atracaron en cada puerto libre del mundo, evitaron los territorios en guerra; la infante muy atenta a todo... aprendía cada movimiento, cada lugar, cada persona que el capitán del navío conociera. En los ratos libres de poco viento practicaba el arte de la espada y en tiempos de tormenta se trepaba al mástil superior y entrenaba sus destrezas físicas entre las cuerdas y las velas recogidas; ella crecía con cada práctica y sus destrezas cada vez se hacían mejores. No puedo creer que sea mas diestra que yo y siendo un infante, pensé en el momento.
El hombre dejo de tallar y la ilusión terminó de golpe en ese momento. La gente aplaudió y empezaron a sonar las piezas de oro chocar entre si en el sombrero de aquel hombre, se empezaron a ir... 
- Te contaré el final con un trago- me dijo. Acepte con una leve sonrisa. 
Fuimos al lugar mas fino del lugar, algo apenada por como iba vestida aunque el me tomo de la mano sonrió y entramos. Nos sentamos en la barra y le dio una gema al encargado
- su mas fino coñac por favor -, mientras el encargado buscaba en la cava el hombre me miró saco su daga y la clavo en la barra para sorpresa mía y de los cercanos. Sin quitarme la mirada me susurro 
- Y este es el final de mi historia ... - Comenzó a tallar algo en la barra, la imagen de un muelle oscuro sostenido por huesos se hizo presente, el sonido del tallado ya no era armonioso era estridente, me era difícil ver las imágenes  ella bajaba del barco con el capitán, entraban a una antigua catedral la puerta era hecha con pieles, huesos y metal, a medida que la abrían varias criaturas salían del suelo y reptaban a ellos, entraron y descendieron a una gran cueva... solo había una fuente de luz de una vela de color rojizo. El sonido me hizo perder la imagen por un momento... vi entonces la habitación de nuevo estaba ella de torso desnudo mientras una figura tenebrosa la cortaba y torturaba mientras el capitán presenciaba la sangrienta escena. Ella cayó... entre su sangre y sus lagrimas, se quedo allí mientras la vela se terminaba de consumir... 
- A tu salud y que la logres encontrar - dijo el hombre, tomo su trago, agarró la botella la guardo en su maleta, clavo el cuchillo en la barra y se fue.
Al tomar el cuchillo vi sobre la barra tallado mi rostro y un escrito debajo de él, te amo...

Comments

Popular Posts