Historias de Bardos Ebrios I



La escena lúgubre de un bar a medio cerrar, los borrachos tendidos en el suelo, los fragmentos de botellas desperdigados por doquier, un olor nauseabundo de licor, sudor, sangre y la porquería que yace entre los escombros de las mesas rotas por las peleas.
Aun se ve una tenue luz al fondo sobre el escenario, un bardo viejo yace afinando su laúd que aun hace notas armónicas con solo dos cuerdas... me acerque rápidamente, desesperada, buscando al fin una respuesta... tantas lunas buscando pistas de ¿quien era ella? ... ¿que tiene ella? ¿Porque siento que es importante de alguna manera? ...
Fijo sus ojos blancos marfil sobre mí, por el poco humo que aun quedaba navegando en ese ambiente decrepito, su mirada fija y penetrante me hacia retroceder, sentía que podía ver mis pensamientos. El miedo empezó a invadirme, pero una armoniosa tonada poco a poco me elevo y me llevo a una tranquilidad cálida y reconfortante.
 
- ¿Buscas a la mujer del nombre prohibido verdad? - me pregunto con su voz torpe y maloliente.
 
Me mantuve en silencio mientras la tonada se hacia mas rica y armoniosa a pesar de tener solo dos cuerdas...
 
- Es una historia triste o al menos lo que yo se... - completó mientras se acomodaba en la vieja silla en ese oscuro escenario.
 
Su voz poco a poco dejaba de sonar trabada e incoherente y se convertía en magia... en mi mente las letras se volvieron colores, las palabras imágenes, las frases sonidos de un lugar distante y en un parpadeo estaba allí donde su historia comenzó.
Una hermosa bebe en un cuarto digno de la realeza, cubierto en finas telas, adornado con gemas y metales preciosos. En la entrada un hombre, que pareciera de la casa de los altos elfos, la miraba con alegría y esperanza... pero todo oscureció en un momento; una escudera llegaba de la batalla bañada en sangre, su armadura a duras penas se mantenía completa... extendió su brazo al hombre y le entrego un pergamino, mientras su cuerpo colapsaba en un mar de lagrimas y tristeza. Impotente y con la cara muerta solo pudo verlo por un instante mientras maldecía al cielo su suerte y su futuro que se consumía como el pergamino incandescente en sus manos.
 
Todo se oscureció de repente, una luz azul intensa y el sentir de la brisa me hizo mirar a mi alrededor las figuras surgieron a lo lejos en un muelle hecho de roca verde clara, una gran galera negra sin marcas ni estandartes apareció... solo pude ver sus labios moverse, sentí levemente que decía: cuídala de toda esta guerra y desolación... mientras se alejaba del navío en su armadura de guerra y marchaba a la guerra.

Comments

Popular Posts