LOS HIJOS DEL M-19



Pocas personas lo saben. Pocas personas saben que soy una hija del M-19. Y no porque me avergüence, pues es la única cosa de la cual estoy 100% orgullosa en mi vida. Sino por miedo. Vivo en un país en el cual es pecado decir de dónde vengo, explicar lo que soy y lo que siento. Lo que pienso y lo que he vivido, lo que aún vivo y lo que viviré, le guste a quien le guste.

Nací en el 89, por lo cual me siento tanto miembro del M-19 cómo hija de él. A lo largo de mi vida mis padres me cuentan su historia, cómo se enrolaron, cómo creyeron en él, cómo se convirtió en el objeto de su vida, y me lo transmitieron a mí, para que fuera el objeto de la mía. La primera vez que me hablaron de él, recuerdo que íbamos en el automóvil con mi mamá, por la avenida 30, y me contó más o menos, a grandes rasgos, la historia. Yo, muy pequeña aún, no entendí bien de qué me hablaban. Sin embargo conforme crecí, mis papás, a modo de historias, nos contaron a mi hermano y a mí sus vivencias con la comunidad del M. Era una comunidad, sin duda alguna; era como una gran familia, o eso al menos es lo que siento yo al concluir estos 18 años de historias.

Entre los recuerdos más vívidos que tengo, es el de estar en el cuarto de ellos, viendo el noticiero. Dieron una nota acerca de una de las tantas masacres que atormentan nuestro país. Y yo pregunté que por qué pasaba eso, y mi papá me respondió con paciencia “porque estamos en guerra”. Y me entró la duda, y pregunté si así era el ‘eme’, y me explicó. No eran asesinos, eran actores de estrategia. No eran narcotraficantes, nunca creyeron en eso. Su espíritu no era asesino, era calculador. Cosas como la de la espada de Bolívar, el Cantón Norte, la toma de la embajada de República Dominicana, o el caso del avión de Aeropezca acuatizado en el rio Orteguaza. Nunca el objetivo fue la sangre. Primero impactar, siempre primero ser novedosos en la operación.

Lo que se dice sobre el Palacio de Justicia es una sarta de mentiras; que si bien yo conozco la verdad, puede que los demás no, y que además no me crean. No lo tomaron ni por matar a la gente, ni por hacerle el cuarto a Pablo Escobar. Pero esa versión le sirve al gobierno asesino que se encargó de que no saliera nadie con vida de allí, pues es la excusa perfectamente perversa para hacernos pasar como unos cínicos. Hay una placa, en el palacio Liévano, que dice “el Palacio de Justicia fue tomado por el grupo del M-19 con ayuda del narcotráfico”. Eso no puede ser así, pues si hubiera sido con ayuda del narcotráfico, habrían tenido el armamento antitanques que les faltó para sobrevivir al ataque del gobierno. Y la llevo con resentimiento en mi corazón.

Sin embargo, el ‘eme’ tuvo amigos entre los militantes de las FARC y los militantes del ELN. Pero nunca se mezclaron entre otras por ese tipo de actitudes.

La característica más llamativa, era que la comunidad del ‘eme’ era rumbera, “desordenada” según los mandos del ELN y “fuera de control” según los de las FARC.

Pero no se trataba de crear un régimen, si bien revolucionario, igual de totalitario. Se trataba de vivir la vida según lo que creían que estaba bien, lo que era afín a sus creencias, a sus valores. Historias cómo las del carro de leche que raptaban para repartirlo en Ciudad Bolívar y luego dejarlo libre, tanto al carro como al conductor, sin daño alguno; o la historia de cómo se las ingeniaban para surtir, por supuesto ilegalmente, a todo un barrio de agua potable, me hacen pensar que eran los ‘terroristas’ menos terroríficos que pudo haber crecido en estas tierras.

Y bueno. Todo esto podría decirse que está sesgado por mi punto de vista, y no los culpo si piensan eso. Pero aquel que se ilustra gana. Los libros de historia han llegado a catalogar al M-19 cómo el Robin Hood de los colombianos.[1]

De esa comunidad idealista, nació una generación de niños, en cuanto se produjeron los diálogos de paz y la firma de la desmovilización que dio a luz el constituyente. En ese momento, en el cual las cosas estaban más calmadas y ya la perspectiva a futuro se presentaba con un color verde esperanza, aparecimos nosotros: Los hijos del M.

Actualmente, sé de más o menos unos 20 hijos del M. Todos nos conocemos entre nosotros y tenemos una historia más allá de lo común.

No somos cualquier grupo de gente, somos hijos del ‘eme’, que a veces nos reunimos solo por no tener nada mejor que hacer y nos vamos a encontrar en un potrero de la Universidad Nacional. Entre nosotros tenemos un secreto, una historia y una posición frente a la vida que nos posibilita la supervivencia en este país de odio y temor. Entre todos generamos un lazo que nos hace invencibles, pues entre todos, somos primos, tenemos la sangre combativa y revolucionaria de nuestros padres, tenemos la visión crítica de lo que ocurre a nuestro alrededor, y sobre todo, hemos heredado la capacidad de entender, recuperar y extrañar una historia que no es contada, una historia que vive sometida a las verdades que impone la comunidad que nos gobierna.

Algunas veces, escucho la canción de Silvio que se llama Sueño con serpientes, y me siento tal vez en un cambuche, en medio de la selva, rodeada de silencio y a la expectativa. Y aunque yo sé que probablemente si yo entrara ahora en un grupo que se llamara el Movimiento Junio 23 (o algo así), mis padres se rasgarían las vestiduras, y aunque yo sé que probablemente es la situación más angustiante que puede vivir uno (todos los días a la expectativa de si sigue vivo o no), también sé que fue la mejor época de sus vidas, y que ni ellos, ni yo, ni mis hijos, si algún día tengo, nos arrepentiremos de lo que son nuestras raíces.

Alexandra Paz.



En memoria de aquellos verdaderos heroes, gracias Alexandra

Comments

Angel Calderon said…
hola ke mas, me llamo Angel, estudio derecho, y me parece muy bueno tu articulo, aunque creo que es un poco discutible. No soy de derecha, No soy de izquierda, no soy comunista, pero si creo en que hay que cambiar varias dinamicas sociales de este pais, y que pocos grupos revolucionarios lo han logrado, a diferencia del M que si genero cierto cambio en la mentalidad de los diferentes secores sociales con sus actos simbolicos. seria teso conocerte, y fresk que no soy periodista ni tombo ni nazi ni skin ni punk ni nada...solo tengo una pequeña obsesion con el "M" ajaja y quisiera conocer mas de la verdad, pero no de una verdad contada por periodistas politicos policias, sino por alguien mas integral---como no tengo nidea como contactarte te dejo mi email....slapc_c@hotmail.com..chao
Unknown said…
Hola,

me llamo Gisela, naci y creci en Francia, mis padres fueron del M.
Estoy tratando de contactar, hijos e hijas de ex combatientes del M-19. No logre entrar a la pagina web de los hijos del M. Me gustaria conocer mas hijos e hijas como Alexandra Paz.

Gracias
Unknown said…
mi correo es gisares@hotmail.com
Unknown said…
Mi padre tambien fue del M me encanto tu post muy bien logrado alexandra gracias por compartirlo
C.Ch.M said…
Aunque lo leo hasta hoy, creo es una historia q tod@s deben conocer, mas aun cuando seguimos viviendo un grave situación en América Latina. El M19 es un experiencia valiosísima. Saludos cordiales

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