Historias de Bardos Locos I
No había más que decir este día solo esperar el filo de esas hojas
de acero negro sobre mi poca humanidad.
-"Lo sé mi fiel servidor..."-
Tomo en su mano su cetro y apunto a un costado de la sala, un rayo
salió de él y una puerta se abrió
-"Vete, lleva esta historia... encuentra alguien digno que
venga a tomar este trono, tu eres digno de contar que paso aquí ve , ve antes
que lleguen acá…”-
-“Ojala fuera este el inicio de esta historia, que logré salir y
encontré a un guerrero poderoso que recatara a mi rey. Pero lastimosamente es
probablemente el final, no lo logre, trate de convencer a mi rey que fuera
conmigo y al momento de entrar a la cueva el enemigo ya nos había sitiado.
No logre avanzar 10 pasos más cuando de la misma gruta venían Drows…
me capturaron y estoy en este carro encerrado, llevo casi un año de preso en
esta celda de acero, de barrotes con púas y carne pútrida en su base; un animal
de circo tiene más dignidad que yo.
La ruina es la misma:
El carro nunca se detiene en la noche, en el día nos exhiben como
animales en los mercados del inframundo, ¿Cómo sé que es de día? sencillo el
hongo purpura alumbra purpura intenso en el día y azul oscuro en la noche.
Y ahora llegamos a esta gran cueva a lo lejos siento el aire
fresco de la superficie pero es un sueño frustrado la jaula fue hecha sobre mí
al momento de mi captura la única forma de huir al parecer es: primero que esto
caiga de un precipicio y sobrevivir a la caída; segundo hacer que el mago que
la cerró diga sus palabras mágicas y se abra pero creo que tampoco es posible,
mi condición física da lástima corre un venado sin piernas más que yo rodando y
cayendo colina a bajo. Y acá en el inframundo debes ser fuerte para ser
apetecido”-
-“Entonces ¿Por qué no te han matado Jasper?”- Dijo mi compañero
en el carro de al lado.
-“No lo sé tenía el don de recordar a la perfección todo, pero en
el momento de la huida me dieron un flechazo directo a la cabeza y solo
recuerdo las cosas dolorosas”- le respondí rascándome la cicatriz que quedo al
lado de mi oído.
-“Me parece que destruyeron la razón para mantenerte vivo ¿Por qué
sigues acá?”- Pregunto riendo.
-“Podía ver también el futuro, pero después de la captura, vi a mi
rey morir en sus manos y desde ese momento solo veo la muerte de quienes
conozco y que ganan mi aprecio”- Respondí tocando la marca del reino y
recordando el momento tan triste que sentí.
Mi compañero de celda se toma de la cabeza, piensa y me dice:
-“Eres alguien de muchos dones, pero ¿Los has perdido todos?”-
-“Creería que si estimado Javis”- Le respondí con una sonrisa
irónica en el rostro.
-“Entonces ¿Por qué te mantienen con vida?”-
Un estruendo ensordecedor cubre el lugar y solo se escucha la voz trémula
del guardia:
-“¡Silencio escoria humana!... serán vendidos como esclavos o como
carne, no importa que sepan o que no sepan, si sean reyes o esclavos, acá la
carne humana tiene el mismo precio”-
Golpea la reja con su lanza y continúa su guardia.
Susurrando y continuando con la charla con el compañero de celda:
-“Tu respuesta”- Mientras le señalo el guardia caminar -“no
seremos muy útiles como herramientas pero si seremos el plato de algún noble de
estas tierras”-
-“Dilo por ti, acá me tienen porque puedo hacer danzar madera astillada,
tal vez algún noble quiera que entretenga a sus hijos”-
-“En estas tierras esa entretención solo se da cuando llevan a los
pequeños a los circos y estadios a ver morir a los suyos en rituales para los
dioses del inframundo, o los llevan a las justas y a los sitios donde la sangre
es la moneda de cambio”-
-“Lo pones muy trágico no todos son así, al menos en la superficie
tiende a ser al revés los pocos hacen lo que acá los muchos hacen”-
-“Aun así serán cosas del azar, la dama de la suerte nos debe
haber cruzado a la misma edad por algo”-
Dichas esas palabras la dama de la suerte nos “sonrió” hubo una
gran explosión, destruyó la carreta que lideraba la caravana, se vieron muchas
sombras negras por el lugar y un olor a rosas invadió el espacio, me recordó
unos años atrás cuando apenas podía hablar y caminar ayudaba a cuidar del
jardín del rey lleno de rosas de todos los colores, eran hermosos jardines y
pasillos interminables en la frontera con la Fortaleza de la Zarza, aunque
nunca logre entrar
-“¡Jasper!... ¡Corre maldita sea!... ¡Corre!”-Grito Javis saliendo
de su jaula
Reaccione y vi que estaba en el suelo, cubierto de tierra y trozos
de la celda, había explotado y no me había dado cuenta… Javis corría entre el
fuego escapando de este destino cruel, iba a hacer lo mismo pero vi entre todo
a un joven mediano de otra carreta atrapado e inconsciente. Lo saque de allí
como pude vi que estaba atravesado por un gran barrote de la celda… al momento
de levantarlo del suelo y sacarlo de allí, entre sus manos tenía el cachorro de
un lobo las runas ku y qui estaban escritas en el barrote que los atravesaba.
Huía de allí con ambos… al cabo de un rato el fuego ceso de golpe
como si hubiera lanzado al agua la antorcha que alumbraba dejando solo el color
azulado de los muros… Una voz de una mujer se escuchó justo delante de mí:
-“¿A dónde vas niño?”-
Al ver que no sabía dónde estaba o para donde iba le conteste:
-“A todos lados y a ninguna parte”-
La figura lentamente empezó a revelarse ante mis ojos
–“¿Acaso eres un exiliado?”-
No sabía más que responder y le dije:
-“exiliado quien huye de su patria, soy una sombra más en esta la
oscuridad”-
La figura salió de una especie de hechizo de invisibilidad:
-“Creí que la orden se había extinguido, te llevare con tu maestro,
bardo de la lira”-
Anonadado confundido pero reconfortado que el azar me sonrió le respondí:
-“Pero con prontitud, me esperan para dar mi reporte”-
Vi las criaturas en mis brazos y los dos estaban muy mal heridos
debo llevarlos conmigo:
-“Y este par vienen conmigo, tenía que rescatarlos… es una misión
de rescate… estaba infiltrado entre los reos buscando a estos dos”-
Con tal hacer una buena acción antes de morir no tengo ningún
problema. Recibiré mi castigo con una sonrisa sabiendo que hice algo bien. No sé
que estoy haciendo pero debo hacerlo, algo me lo dice.
Antes de dar el primer paso detrás de esta mujer vi en el suelo
una moneda… recordé en ese momento a la dama de la suerte… mire al suelo sonreí
mientras esbozaba en el piso su símbolo… tome la moneda mientras pensaba en ella y le dije a
la figura:
-“Pronto, que estos dos están muy heridos y necesitan ayuda… mi
ayuda y la tuya… Gracias”-
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